viernes, 27 de julio de 2007

De búsquedas de sentido


¿Sirve?

Escribiste en el blanco papel inmaculado, sobre el escritorio y bajo la lámpara
Escribiste hundido en el lecho tibio rodeado de paredes azuladas, con la ventana a tus espaldas
Lo hiciste acostado en el pasto bañado de azahar, en presurosas letras de la siesta
Y bajo la sombra del árbol coposo de frescura, en estío
Te volviste a enamorar mientras escribías en hojas electrónicas, con la luna mirándote desde atrás del vidrio
Escribiste en la arena de sólo escuchar la voz de la corriente y de la marejada
E inmersos tus ojos y tu poesía en el firmamento, fue el cielo un soporte celeste
Escribiste sin lápiz, sin tinta, sin extraños aparatos, no hubo imprenta
Grabaste tantos versos sin mecanismos ni reglas
Sólo con vitales procedimientos
Arrojaste letras que agigantaron tu propia dimensión
Las echaste a andar en las líneas de los nexos
Se te abrieron flores, endulzaste oídos, compartiste travesías;
A veces, tan sólo para recibir silencios…
También escribiste sin colores, cuando fuiste ciego y todo estaba negro
Y sin sangre, sin savia, casi muerto…seguiste escribiendo
hasta como un acto reflejo
y escribiendo renaciste mil veces para caer en la cuenta
una y otra vez
del sustento mágico, bendito, volado y trágico ,de tu existencia
Y en las márgenes de tu vida la pregunta: don, beneficio, despojo o castigo?
… Y el mundo: encontró los pájaros que creíste, volaron, en tus escritos?

De las propias búsquedas...momento




Este momento

Miro el pino -hecho madera- del techo y comienzo a caminar por las líneas veteadas en busca del sendero perdido para intentar el retorno al verde y al agua de mi paraíso.
Pero hoy se bifurcó el sendero y el paraíso, en mí, se ha muerto.
Abro los oídos al regalo sonoro de Antonio, de Monserrat, de Freddie… para aturdirme de versos en concierto y logra entrar sutil la música en los canales de mi cuerpo. Pero no alcanza al rincón amurallado donde late inmundo el tumor de la impotencia.
El éter blanco de este invierno se adentró invasor, fue más allá de la piel, congeló la sangre y endureció ¡sin encontrar remedios! el corazón, que ayer estaba presto y abierto.
Pétrea mirada que clavó espinas de veneno, filosa daga que revolvió llagas cuando casi habían cerrado, indiferentes manos de abandono… ¡y afloraron instantáneas las miserias!
Y no se me despegan ¡Quitámelas!
Busco en desesperación, recobrar mi cielo!
Estiro esta vil existencia de hoy hacia todos los vientos para ver si me reencuentro.
Hoy se perdió mi luna, ¡hoy me tragó el infierno!

Y escribo y escribo y escribo…
La mañana llegará y estaré escribiendo
Porque aun en el desánimo de este momento, acaso escribir signifique exorcizar la propia culpa. Escribir pretenderá siempre continuar la búsqueda.
Y saber que si te tengo conmigo en estas letras, no aniquilará mi don de amar, la desesperanza.
Volveré a vivir como me enseñé yo misma. Tan segura estoy, que sigo escribiendo.

domingo, 22 de julio de 2007

De vitales búsquedas...Eterna







Exploración eterna

Enigma casi impenetrable del tiempo:
Cómo se produce el pasaje misterioso de un estado caótico, casi destructor, a uno de encuentro y entusiasmo.
Cómo las sombras que alguien derramó sobre las almas, se van disipando con las palabras y los ecos de bocas de esperanzas.
Cómo la discordia inesperada se cierra a veces en el entendimiento, casi instantáneo.
Cómo, otras veces, demora la llegada de la conciliación, tras las enconadas expresiones de los pensamientos.
Cómo entender ese instante en que los jazmines de la vida emanan tanta fragancia que ya no curan sino dañan –y cómo llamarlo-.
Cómo la sola espera a veces no lleva a nada y otras, desata vitales circunstancias .

Tiempo que genera tanto interrogante, tanta infinitud, tanta búsqueda.
Cómo marcha impiadoso, reinando sobre los hombres.
Relojes y calendarios, fechas y aniversarios, recordaciones y olvidos, historias y memorias, encuentros y desencuentros, demoras y apresuramientos.
Que se pierde, que se gana, que nos gana…¡cuidado! Y…¿qué le sucedió a Cronos?
Una flecha, una línea, unos números, un par de agujas negras.
El sonido de campanas y de timbres; el ruidoso despertador de horas albas.
Y en ellos los túneles de la rutina…

El tiempo que rige la vida de millones.

El tiempo que es inexistente para los seres especiales, aquellos que sólo vienen a amar y ser amados. Algunos se van y no los descubriste. Sin embargo, ¡tantos quedan!
Hoy, ayer, mañana… que nada importe a la hora del amor y de la entrega.
Vivir sólo importa
¡AHORA!

El aire pesado de misterio, turba mi cabeza, qué bueno que la remueva, que la envuelva en giros y en ojos escapados… son los momentos –sin tiempo- en que sólo el alma vive y se manifiesta.
El poeta encontró respuestas en las lunas disímiles y en los alumbramientos. Yo aún no las encuentro. Eterna exploradora de los tiempos y de los hombres, me bautizo, para así continuar volando hasta que desaparezcan en nada, mis alas.

miércoles, 18 de julio de 2007

De otras búsquedas...Matilde



Un cuadro

Marcha Matilde por la ruta de pura arena y envuelve el atado de su cabellera, el color de la generosa polvareda, polvo que es fluido y olor de su propia tierra… Las espigas calientes del dios siestero la acompañan, bañando de dulce río la flor de su piel. Y se torna más hermosa su figura…
En medio de largas sombras de picanillas, escolta verde del camino, avanza Matilde y aunque las fauces del cansancio la amenazan: camina.
Y se la observa casi flotar sobre el puente de hierro atravesando la cinta del arroyo vertedor de lozanías.
¡Es así! Habituales son sus pasos sobre el suelo de colonos, mas no es tan sólo un llano caminar: Ama, cría los hijos, lucha, labra la tierra…pero como es dueña absoluta de su destino también graba palabras en hojas de carpetas, y abre libros a su intelecto y extiende los brazos al mundo.
Reúne, experimenta, hurga en la memoria, rescata los valores de su gente, aun cuando se repite la extenuada pesadez en las piernas y el trastorno en las ideas. Entra en crisis, y ante la circunstancia novedosa que el conocimiento le propone, el proceso del cambio se desenrosca en su cabeza innovadora.
Matilde es uno de los pájaros de su territorio, sube las lomadas, descansa en la copa de los árboles… Sueña.
Como de un ánfora, mana el amor del abrazo de su cuerpo para transmitir ligazones. Porque tiene en sí misma los pilares comunales, la ideología inconsciente del bien colectivo.

El cuadro de Matilde no está quieto. Se proyecta, se dispara hacia infinitos puntos, hacia cada mujer que, como ella, imprime un sello en la memoria, en la vista, en el panorama de una historia, en el encadenamiento de los tiempos, en el tejido de las sociedades, en la cotidianeidad irrepetible de la campestre existencia.
Su cuadro, desprende los más florecientes mensajes de la sangre; la sed y el agua de la ruralidad como esencia.

Matilde: El dibujo de tu persona urge pintarte para el mundo, con los colores de tu morada, con los brillos de tu empresa, con la magia de una rúbrica: la que honra la vida.

¡Como no pintarte Matilde! Si te sigo viendo en las fotografías imborrables de la vida.
Cómo no llenarte de tonalidades si es tan sólo el homenaje que en mi recuerdo te has merecido sin proponértelo.
He aquí: tu pintura.

sábado, 14 de julio de 2007

De otras búsquedas...Tiempos






TIEMPOS



Crecen las hierbas en los caminos, los pies del pinar,
La espesura del monte, la estatura del niño,
Crecen los brazos de los ríos,
los mangos en el árbol, amarillos,
la larva, los grillos...
Y es en la aldea, todo tan sencillo...
Sin embargo:
cambia la geografía toda ante los ojos del caminante.
No duermen los componentes del orbe,
del globo rebelde que mueve sus piezas
y ofrenda majestuoso su superficie lozana
aun con siniestros y con mortandades
afloran sus manos desde lo profundo
y anidan semillas para parir frutos
y guardan también las vidas extinguidas,
las historias y aun las fantasías...
Y la aldea, lenta, se mueve
Siempre se mueve, sólo se mueve.
¿...Crece?

De las propias búsquedas...Viento



Sólo viento

Entrego el cuerpo mío
¡Desintégrese en el acto!
Que baste un pase insólito,
un toque mágico de hechizo,
un descenso etéreo o bendito…
y se irán los olores y el aliento,
y ya no habrá suspiros ni latidos.
Adiós definitivo al asco y al abismo,
al calor que reduce y a la rigidez del frío.
No, al cansancio maldito en su dominio.
Y el torrente del dolor se perderá en su recorrido;
No tendrá la espalda, presto el látigo
Ni estará la piel marchita, envejecida
de poros afligidos.

Y la herida eterna buscará entonces otros caminos
Quizás ¡al fin! el indicado,
el que quite los cerrojos
y libere la manos al mendigo.

Tierra, asfalto, verde, amarillo,
el pinar, los eucaliptos…
Y la nada en mi materia.
El aire, la brisa, un hálito que
–certero- alguna vez regresará
al navío
y emprenderá nuevas marchas el marino;
afrontará las lides del destino
y aprenderá a recoger sus despojos
para redimirlos.

Y veré desde la nada, otros senderos.
Y viajaré feliz, cual peregrino.
Y seré -gozosa- sólo el viento
jugando entre los pinos.

De las propias búsquedas...Cuerpo



UN CUERPO


Como el tuyo, Frida,
es este cuerpo, traidor.
No hunde su peso en el lecho,
no descansa.
No tiende su largo,
no es blando el algodón,
no reposa.
Son cruces los huesos tiesos,
clavos, los músculos tensos;
y entonces... da dolor.


¿Qué le place?
¿Qué ungüento, qué miel?
¿Qué brebaje?


Cuerpo traidor, sí Frida,
endeble, doblado,
hambriento de un nuevo sol.
Tan poco el tiempo
¡Cuán más traidor!
Cuerpo enfermo, casi seco,
“escapáronse los rocíos
y del tallo cayó la flor”(R. Darío).


Cuerpo, latente...
Doliente...
¿Es tu causa la vida misma
en su amargo sabor?

viernes, 13 de julio de 2007

De las propias búsquedas...Espejo









Espejo

Voy viajar tu noche amarilla de tanta estrella


que son soles titanes frente al oscuro abismo


que traen los cuervos.



Incendiarme en los rayos de tus astros salvadores,



descubrir razones en la magnitud de tus centellas;



porque he entendido tu noche, tu imagen, tu frenética pintura.



Y en la saeta de tu cielo luminoso, encontré mi noche


entendí mi imagen, dibujé con otros trazos, mi figura.


Inmensidad, perfección, locura, fantasía,


fiesta insensata de colores, tu vida, y al final…
también la mía.

jueves, 12 de julio de 2007

De las propias búsquedas...

HUMANO

Es a veces la vida
una vorágine
que cede en sus mareas
y sus vientos
brindando con sus treguas
espacios de sosiego
para arremeter
en renovado embate
y recordar, al que iluso fuere,
que es ella una lid
en que los combatientes,
tras las resistencias,
sufren la fatiga
presos en las redes
de la incertidumbre,
de las cobardías;
sienten que se apagan
y de tal manera,
que hasta ven la muerte.
Y de sus escombros
o quizás la nada,
tan de pronto
que casi ni advierte,
vuelve -aquél iluso-
a construirse
vivo y diferente,
en su “yo” renace,
recrea sus enseres.
Y es entonces,
como lo fue siempre
por su propia esencia,
un titán diario,
un cotidiano valiente,
depositario en sus genes
de volcanes y de fuentes.
Otra vez: presente.

...Y si la vida es voraz
¿No es más voraz el combatiente?