Es la sensación persistente del acecho.
Inacabable pasión, inminencia de muerte en pases de espíritus cada vez más cercanos que
se van enquistando en un mundo de delirios y desquicios tantas veces salvadores de repetidas desesperaciones.
En ese acecho, la instintiva actitud de huir hacia mundos de soledades y anonimatos, de multitudes y de estridencias, siguiendo la flecha de una ruta marcada pero sin destino...
Inacabable pasión, inminencia de muerte en pases de espíritus cada vez más cercanos que
se van enquistando en un mundo de delirios y desquicios tantas veces salvadores de repetidas desesperaciones.
En ese acecho, la instintiva actitud de huir hacia mundos de soledades y anonimatos, de multitudes y de estridencias, siguiendo la flecha de una ruta marcada pero sin destino...
2 comentarios:
el destino nunca está marcado!! pero imaginarlo y soñarlo ayuda a darle forma!! aunque no siempre hay que seguir las lineas blancas.... besitos!!
Querida amiga,el destino lo hace uno con sus elecciones buenas o no tanto un beso!!!
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