domingo, 4 de noviembre de 2007

II



Sin embargo, se perfila otra figura. La imagen de tu cuerpo famélico y gris, Ariel, se me trasunta en esos incontables matices que se expanden, que me tragan, que me absorben, que penetran tan hondo en los esteros de mi existencia…sólo para recordarme el universo de colores que me regala esta vida con tu presencia entre nosotros. Se yergue tu dibujo y se proyecta con tanta corriente para revelarme también la proximidad insoportable de alguna podredumbre que sólo sirve para dar pésames extraviados.
Me enmaraña la circunstancia, pero me descubro diferente frente a tu pintura.
Y sólo sé amarte.

No hay comentarios: