miércoles, 23 de enero de 2008

Búsqueda...?

pintura:Stela M. Migliorino
Volver a la coraza protectora, a la casa segura, a la cubierta nacarada.
Volverse blando, húmedo de miedos, baboso cobarde irremediable.
Vuelve a caminar despacio, al paso lento, a no marchar, a estarse quieto.
Vuelta inentendible al cerebro minúsculo, a los ojos pequeños,
a encorvar el largo de su extraño cuerpo porque no se sostiene en el tiempo.
Vuelve cada tanto el Caracol, a ponerle cerrojos a sus puertas,
y vuelve a sentirse bueno, saciado, suficiente, en su propio encierro.
Y es otra vez el servidor de mundos que no cambian,
consiente encogerse ante mandatos heredados; y hasta se conforma.
Vuelve a ser laxo y sólo importa estarse en su hueco.
Molusca existencia.

Sin embargo…Ayer
Había salido de su cubierta cuando ya agonizaba,
había hilvanado una empresa y para ello
dotó de tiesura a su carne fláccida y –aun sin pies- plantó pisadas
Y una cinta de plata en su marcha –aun en la piedra- dejó marcada
Y estiró tanto su gris mojada materia
que cruzó el puente -que encima no estaba hecho-.
Nada le fue imposible.
No necesitó guardarse a cada instante, en un lecho.
Muchos lo admiraron y algunos le siguieron.
Caracol valiente, héroe de un mundo imperfecto.

Encontrose un día, sin saberlo
caminando pesado hacia su estado ingénito,
a su único círculo-universo, de regreso…

Otra vez:
Caracol, amigo tierno, hijo obediente, fiel compañero;
padre de todos, hermano bueno, maestro, ¡ejemplo!…

¿…Qué es mejor?
¿Buscar tu sol o esconder tu cuerpo?

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