viernes, 12 de septiembre de 2008

De primaveras...


Es que hoy, Ariel-Otro, volvió a sonreir:
flores en las manos, atadas con un hilo de algodón
borró los grises de un extraño albor
y además –sin temores- habló.
Entonces el esternón-piedra , por un instante, aflojó en su dolor
Y salimos los dos a buscar el agua –¿o acaso más amor?-

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